Semana 12: círculo de confianza

Esta semana ha sido fantástica en cuanto a avances. Pablo ha conseguido andar hacia delante apoyado solo en un correpasillos, lo cual fue muy emocionante. Aún lloro de alegría cuando lo pienso 🙂 Ha conseguido pronunciar la m y la b; empieza a darse la vuelta completa cuando está tumbado; ya no quiere ir en carrito, sólo andando, y siempre que ve una pelota se lanza a por ella, a ver si mete gol.

Pero, en otros aspectos, ha sido bastante dura.

Empezó la semana con la suspensión de uno de los ensayos clínicos porque el medicamento, tadalafilo, no estaba teniendo los efectos deseados y acabó con la noticia del fallecimiento de un chaval que participaba en el ensayo del HT-100 de Akashi Therapeutics. La verdad es que, aunque no perdemos la esperanza en ningún caso, estas noticias llegan como golpes bajos y duelen mucho.

Psicológicamente hablando también ha sido complicada.

Hace una semana nos dijeron que pensáramos en 5 personas con las que siempre pudiéramos contar, que pensaran por nosotros cuando no pudiéramos pensar, que se hicieran cargo de la situación cuando nos hundiéramos, que nos levantaran cuando nos costara salir, que nos pudieran dar una tregua cuando necesitáramos salir y llorar, que organizaran los eventos por nosotros, que estuvieran siempre disponibles y lo cierto es que nos está costando pensar en candidatos.

¿Voluntarios? 😉

No es que estemos solos en el mundo, vamos a ver, pero en nuestro caso es muy difícil por varias razones:

  • Llevamos poco tiempo viviendo en Andalucía y establecer este tipo de relaciones lleva mucho tiempo.
  • Chris tiene toda su familia a 2.500 kilómetros de distancia.
  • Yo no tengo hermanos, ni padres y la poca familia que me queda también está lejos.
  • Los amigos tienen una vida propia con sus familias y sus problemas.

Además, en ocasiones, es un poco complicado que la gente entienda que, a día de hoy, los «afectados» por Duchenne somos nosotros y no Pablo. Sí, suena extraño, pero os lo voy a explicar.

Para Pablo Duchenne no es nada, en su cabeza no existe la limitación, la enfermedad no tiene significado. Él tiene todo lo que necesita en el mundo, todos le quieren y le cuidan, aún no sabe que le pasa o qué le va a pasar. Como dijo el neurólogo, el cardiólogo, el neumólogo y la rehabilitadora, Pablo no necesita más que fisioterapia.

Como ya hemos dicho millones de veces, es un niño muy feliz.

Los que somos conscientes de todo somos nosotros. Los que necesitamos atención médica o psicológica mas bien, somos nosotros y sentimos que sólo lo entienden los demás padres de niños con Duchenne.

Supongo que tampoco es que nosotros nos abramos mucho, pero cuando te preguntan: ¿qué tal? no vas a estar contando todo; respondes bien y punto. O cuando te dicen: «si necesitan ayuda me dices» agradeces la atención pero no vas a estar llamando o pidiendo cada vez, porque necesitas ayuda cada día.

……

Queremos acabar esta semana denunciando de nuevo la injusticia que se está produciendo en Aragón, donde aún están Sergio, Carlos y Mario esperando que les den el medicamento que necesitan para frenar a Duchenne.

Por favor #AtalurenYaEnAragon

Semana 11: terremoto

Lunes 5:23 a.m. empieza a temblar la cama, sobresaltada pregunto ¿qué está pasando? y Chris, con una parsimonia increíble, responde: «Terremoto» y de repente nos quedamos inmóviles, sintiendo como un segundo parecía una hora y un minuto una eternidad, sin poder pensar más que en cuándo iba a parar de moverse el mundo.

De repente todo se para y te das cuenta de que no ha pasado nada, nada ha cambiado ¡menos mal! pero te sientes vulnerable y pequeño.

Y de repente te viene a la mente la sensación de que eso ya lo has sentido antes, en nuestro caso apenas dos meses antes, cuando sentados en la consulta del neurólogo te dicen que tu hijo tiene un enfermedad degenerativa, que por el momento no tiene cura.

El tiempo se detiene, no puedes dejar de pensar en qué momento te vas a despertar y te sientes pequeño y vulnerable.

Pero sales de ahí, te recuperas de shock y ves que la vida sigue, que tu has cambiado, que tus sentimientos han cambiado, que tu actitud ante la vida es otra, pero que te levantas cada día viendo como sale el sol.

Así empezó nuestra semana, movidita por fuera y por dentro.

Una vez que se calmó el terremoto y los ánimos, seguimos como una semana más.

Pablo avanza paso a paso, nunca mejor dicho; cada día se va sintiendo más seguro y más estable, lo que hace que ya no quiera estar sentado. Él quiere andar, tiene muchas ganas de moverse, de subir y bajar….ya sólo falta un pequeño empujoncito que haga que se suelte y empiece a caminar solo.

Este fin de semana hemos salido a aprovechar el sol y a pasear con unos amigos, lo que a Pablo le ha sentado muy bien. Teníais que haberle visto montar en patín, una pasada ¡qué estabilidad! Ha sido increíble.

Teníais que habernos visto a nosotros también, claro, como si nos hubiera tocado la lotería. Todo el paseo marítimo mirándonos…no sabemos muy bien si por nuestra alegría o por Pablo, que llama la atención por donde quiera que va 🙂

Y es que, cada avance, cada pasito es un mundo. Todo eso que para los demás es normal para nosotros es una vida, un motivo para celebrar y por eso hay que luchar.

La pena es que no nos demos cuenta de la importancia de las pequeñas cosas hasta que no nos pasan estas cosas, porque realmente seríamos mucho más felices.

Nosotros tenemos que decir que aunque tenemos muchos días duros y muchas veces nos gustaría cambiar muchas cosas, valoramos mucho más la vida que antes. Hemos aprendido que nada ni nadie merece que perdamos un solo momento en preocuparnos de más y, a nuestra manera, somos felices.

Pablo se merece que seamos felices y nosotros necesitamos vivir cada momento y verle sonreír cada mañana.

Semana 6: Navidad

Esta semana han empezado nuestras vacaciones de Navidad.

Como ninguno de nosotros somos de Estepona, donde vivimos, pues cada año pasamos las Navidades en un sitio. El año pasado tocó Alemania y este año ha tocado Madrid, donde está toda mi familia y la mayor parte de nuestros amigos, a los cuales teníamos muchísimas ganas de ver.

La cosas es que este año es especial y por eso está resultando tan importante tenerlos al lado, su cariño y apoyo nos ayudan muchísimo. Con ellos no hay lágrimas, sólo risas. Es impresionante el tacto que tienen con nosotros. Ellos están ahí y todo es muy fácil.

Seguir leyendo «Semana 6: Navidad»

Semana 5: de esperanza

Ya hace un mes que nos confirmaron que Pablo tiene DMD y nos parece que llevamos con esto toda la vida entera.

Creo que en este primer mes hemos pasado por todas las etapas de asimilación del duelo de sopetón y, en mayor o menor medida según el día y el momento, hemos conseguido «aceptar» lo que tenemos encima.

Supongo que llorar de vez en cuando, hacer un recital de tacos, charlar con amigos y unos toques de humor negro ayuda; pero lo que sí ayuda de verdad de la buena es saber que la investigación no cesa y avanza.

También ayuda mucho ver que Pablo es feliz, muy feliz y nos lo demuestra cada día.

Para él ir a terapia cada día es un juego que disfruta como un enano, tanto que algunas veces me cuesta que se venga conmigo a casa. Le da igual que sea fisio, logopedia, piscina o terapia con caballos, todo le encanta. No le importa llegar a casa tan cansado que luego tiene que dormir siestas de dos horas.

No pasa nada si no puede andar, él va arrastrando el culo por toda la casa hasta llegar a su cajón donde tiene su órgano y se pone a tocar o a bailar, porque a Pablo una de las cosas que más le gusta es la música.

No se inmuta si no puede bajarse del sofá, se va deslizando hasta llegar al borde del asiento y acaba de pié agarrado a la mesa o sentado de culo en el suelo llorando, pero a él le da igual, porque es un niño que tiene todo lo que se necesita en la vida para ser feliz: atención, cariño, cuidado, besos, abrazos, amigos….

Nos da también mucha esperanza ver como se mueve la comunidad Duchenne. Nos gusta ver la cantidad de eventos que están teniendo lugar organizados por los padres de los niños afectados y gracias a los cuales se recauda un dinero vital para la investigación de tratamientos que puedan mejorar la vida de nuestro Pablo e incluso llegar a curarle. Es una pasada. Lo cierto es que nos motiva para organizar cosas nosotros también. La pena es haber cambiado de ciudad y haber perdido contactos por el camino, pero supongo que los años de eventos que llevo encima podrán servir para algo.

Pero hay cosas que nos dan muchísima pena, como el caso de Aragón. Ver que unos niños que podrían estar siendo tratados no lo son por cuestiones que no llegamos a entender, nos tira para atrás. Ver que, a pesar del apoyo de toda la comunidad, no hay manera de que aprueben que esos niños sean tratados con el único medicamento que hay para hacer que Duchenne vaya más lento es demencial. El tiempo pasa y no vuelve y Duchenne no da tregua.

Esta semana vamos a acabar con una canción que acabamos de descubrir y que a Pablo le encanta cada vez que suena en la radio. A ver si os gusta 🙂

Hasta la semana que viene y Feliz Navidad.

Semana 3: de altibajos

Esta semana ha sido, digamos, bastante jodidilla.

El lunes vacunaron a Pablo contra la gripe y el martes tenía tantos mocos que ya no pudo ir a la guarde en toda la semana.

Además, le empezó a subir la fiebre y el jueves acabamos en urgencias. Y es que una de las cosas que nos dijeron, ya antes de confirmarnos el diagnóstico, es que los niños con Duchenne tienen que tener cuidado con las infecciones pulmonares, ya que no pueden expulsar bien los mocos.

Así que ahí nos veis a nosotros que hemos pasado de pensar «bah, si solo son mocos» a «uy uy uy…Pablo tiene tos» y eso que no somos nada aprensivos.

Aunque no pudo ir a la guarde, Pablo no ha faltado a sus terapias y ha trabajado mucho y muy bien, menos el jueves que ya no podía con su alma. ¡Lo que ha cambiado nuestro Pablete desde va a terapia no tiene nombre! Y es que apenas hace tres meses no levantaba el culo del suelo y ahora nos cuesta que se siente. Ya solo falta un pequeño empujoncito para que empiece andar.

También os tenemos que contar que estuvo encantado con su primera sesión de hipoterapia, iba feliz de la vida subido a su pony.

Por otro lado, el martes nos llegaron nuestra camisetas de Duchenne Parent Project y nuestro calendario. Estamos encantados. Sentirse parte de la Asociación nos da mucha energia y fuerza para luchar por encontrar una cura para nuestros niños.

Aunque haya días en los que la realidad nos de una bofetada en la cara, porque a día de hoy la Distrofia Muscular de Duchenne no tiene cura y nosotros, antes que nada, somos realistas; las noticias sobre avances en la investigación y campañas de actuación están ahí y confiamos en que, antes o después, encuentren una cura.

Lo cierto es que en estas tres semanas hemos aprendido a establecer prioridades, porque una vez que te dicen que tu hijo tiene una enfermedad degenerativa pocas cosas peores te pueden pasar en la vida, así que le das un valor distinto a lo que antes eran problemas y todo lo pones en relación.

También hemos ganado cosas, sobre todo cariño y apoyo. Recibimos tanto cariño cada día que muchas veces nos quedamos sin palabras, porque el cariño sincero  y la solidaridad cuando tienes un problema es de lo más reconfortante que hay en el mundo.

De todas formas, cuando cerramos la puerta y nos preparamos para ir a la cama, no podemos dejar de sentir tristeza e impotencia y a vivir con eso, aún no hemos aprendido

 

 

 

 

 

 

 

 

Semana 2: de luces y sombras

En esta segunda semana con Duchenne nuestra vida se va adaptando y amoldando a las necesidades que ahora mismo nos están surgiendo.

Estamos aprendiendo tanto que hemos incorporado a nuestro lenguaje diario palabras como genética, exón, distrofina y utrofina; es como si lleváramos leyendo sobre ello años.

Aún nos estamos haciendo a la idea de que nuestro Pablete tiene una enfermedad para la que todavía no hay cura y que podría reducir de forma drástica su esperanza de vida si nadie encuentra un remedio a tiempo.

Tenemos pánico al tiempo, vivimos con ansiedad cada día y con pesadillas cada noche. A veces sentimos que alguien nos está apretando el corazón muy fuerte y no nos deja respirar. Seguimos llorando cuando pensamos en el futuro y hemos pedido ayuda profesional para que nos enseñen como afrontar que nuestro pequeño tiene DMD.

A Chris le ha costado mucho volver a trabajar con normalidad, de hecho hasta el viernes no fue capaz. Menos mal que en su empresa han tomado conciencia al segundo de la situación y le han permitido tomarse su tiempo para afrontar la realidad y hacerse con la situación.

Yo apenas he cosido esta semana, no he tenido fuerzas, y el miércoles dejé mi trabajo en la oficina para poder dedicar a Pablo todo el tiempo posible y tener también tiempo para Héctor y sus necesidades.

Mucha gente me ha preguntado si realmente me siento bien dejando el trabajo y yo ni siquiera lo he pensado un segundo, me siento mejor así. A lo largo de estos 40 años la vida me ha enseñado lo que realmente importa y, de corazón, no hay nada que merezca tanto la pena.

Ver que Pablo es feliz nos da mucha fuerza y nos permite luchar por ofrecerle una vida plena y completa.

Sigue con terapia tres veces a la semana con super Rosa, con quien cada día consigue un logro más; esta semana ya va caminando agarrado a la mesa, se columpia, se tira él por el tobogán y ya come solo.

Aunque no para de hablar en un lenguaje que nadie entiende, propio de un niño que se está educando en un entorno bilingüe, hemos incorporado a la rutina de Pablo una sesión de logopedia en Aprona, porque toda ayuda es buena. Además, a partir del próximo miércoles, comenzará a hacer fisioterapia con caballos para reforzar el tronco y pasarlo bien.

Tenemos la inmensa suerte de vivir en una zona en la que la gente es muy solidaria y hay una estructura de apoyo asistencial que facilita el acceso a todas las terapias que Pablo necesita.

Esta semana también  ha servido para que nuestros amigos y familia fueran tomando conciencia de la situación y fueran configurando una red de apoyo que nos sustenta. Somos como una pandilla de superheroes donde cada uno, de forma inconsciente, va asumiendo un papel y desarrollando un superpoder.

En cuanto pasemos a la fase de aceptación tendremos que reunirnos todos en el cuartel general para organizar un plan de acción contra Duchenne.

Hasta la semana que viene.

wp-1448832833148.jpg