Siempre os hemos hablado del arte que tiene Pablo para la música y el baile, así esta semana aprovechando que en Estepona se celebraba un evento que mezclaba flamenco y circo, decidimos ir con los niños a echar la tarde.
Fue increíble verle disfrutar con la música, de acá para allá sin parar ni un momento, queriendo subirse al escenario y moverse entre la gente para ponerse en primera fila. ¡Lo difícil que es hacer que se pare y descanse!
Pero es tan emocionante ver como baila, es como se llevara el ritmo en la sangre; mirad:
¿Lo hace bien el tío, eh?
Os voy a confesar una cosa, cada vez que le veo bailar me emociono y mucho.
Me emociono porque le veo disfrutar como con nada, le veo feliz, le veo un brillo de emoción y me emociono porque tiene Duchenne, porque no sé si vamos a llegar a tiempo, porque no sé como voy a explicarle que no va a poder bailar…
Y, por otro lado, me da una razón más para luchar con uñas y dientes. Porque Pablo se merece poder bailar siempre y yo me merezco poder verle feliz siempre.
Se levanta la camiseta y todo! Como baila ese niño guapo! Espero que siga bailando siempre!
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Ya te digo! Dónde habrá visto eso de la camiseta??? Es un artista Sei. 🙂
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A ver si el gusto por la música le viene de lo que le cantaba su tata para dormir cuando tenía meses jajajajaja. Es un artista!!!!
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Jajajajaja…puede ser. Además, yo recuerdo una niña de menos de una año bailando en brazos hasta las tantas o una enana de dos años vestida de chulapa bailando en su cumple…lo mismo lo lleva en los genes 😉
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